
En el Nou Camp (Barcelona), por el partido de vuelta correspondiente a las semifinales de la Champions League 09/10, se enfrentaron y (chocaron) dos realidades bien distintas. Dos maneras de sentir y palpar el fútbol. El fútbol total y el Catenaccio. Cualquier parecido local con el Bilardismo y Menottismo es simplemnte una pura coincidencia.
De un lado estaba, quizás, la mayor y mejor expresión de este deporte en los últimos 20 años. Goles, pases, control y posesión de pelota, diagonales punzantes, seguridad defensiva y sobre todo diversión con una pelota de fútbol: FC Barcelona.
Del otro, quizás, el peor ejemplo futbolístico. Catenaccio puro. Diez defensores y un delantero. Revolear todo lo que quede cerca. Anti fútbol total de la mano del gran pensador y estratega José Mourinho: AC Internazionale de Milán.
¿Quién ganó? El duelo del día, el Barcelona (1 a 0), la serie y el pase a la final: el Inter (3 a 2). Pero realmente, ¿se puede decir que ganó el fútbol? No lo creo. Un equipo que en todo un partido patea una sola vez al arco, por decisión propia, no es merecedor del acceso a una final de un torneo de esta envergadura. Aunque parezca increíble, Inter terminó defendiendo con ¡10 jugadores! Para entender este pensamiento y esta disposición táctica hay que aclarar tres puntos: 1- en el primer tiempo (minuto 28) el mediocampista central Thiago Motta se fue expulsado por aplicar un golpe en el rostro a un jugador rival, 2- Inter, por más que haya quedado con un jugador menos, nunca tuvo la intención de atacar al equipo local y 3- el conjunto italiano cuenta con estrellas ofensivas de la talla de Diego Milito, Samuel E`too, Wesley Sneijeder, Maicon y Esteban Cambiasso. Un verdadero papelón. Igualmente siempre estarán los que digan que el mejor es el campeón, que el único que puede hablar es el que posee el título. Pero por suerte el ambiente del fútbol recuerda grandes equipos que no salieron campeones pero quedaron en la historia, como la selección holandesa de los años ´70.
El Barcelona quedó eliminado como un gran campeón: con un gol mal anulado que lo depositaba en la final y con 15 llegadas concretas (80% de posesión de balón en el encuentro) a la portería del mejor arquero del mundo, el brasileño Julio César. El Inter pasó a la final ostentando simplemente el orgullo de haber derrotado al mejor equipo del mundo. Nada más. Este equipo no quedará en la historia ni mucho menos. No todo vale. El fútbol total desplegado por el Barcelona al menos despierta asombro y provoca emoción.
De un lado estaba, quizás, la mayor y mejor expresión de este deporte en los últimos 20 años. Goles, pases, control y posesión de pelota, diagonales punzantes, seguridad defensiva y sobre todo diversión con una pelota de fútbol: FC Barcelona.
Del otro, quizás, el peor ejemplo futbolístico. Catenaccio puro. Diez defensores y un delantero. Revolear todo lo que quede cerca. Anti fútbol total de la mano del gran pensador y estratega José Mourinho: AC Internazionale de Milán.
¿Quién ganó? El duelo del día, el Barcelona (1 a 0), la serie y el pase a la final: el Inter (3 a 2). Pero realmente, ¿se puede decir que ganó el fútbol? No lo creo. Un equipo que en todo un partido patea una sola vez al arco, por decisión propia, no es merecedor del acceso a una final de un torneo de esta envergadura. Aunque parezca increíble, Inter terminó defendiendo con ¡10 jugadores! Para entender este pensamiento y esta disposición táctica hay que aclarar tres puntos: 1- en el primer tiempo (minuto 28) el mediocampista central Thiago Motta se fue expulsado por aplicar un golpe en el rostro a un jugador rival, 2- Inter, por más que haya quedado con un jugador menos, nunca tuvo la intención de atacar al equipo local y 3- el conjunto italiano cuenta con estrellas ofensivas de la talla de Diego Milito, Samuel E`too, Wesley Sneijeder, Maicon y Esteban Cambiasso. Un verdadero papelón. Igualmente siempre estarán los que digan que el mejor es el campeón, que el único que puede hablar es el que posee el título. Pero por suerte el ambiente del fútbol recuerda grandes equipos que no salieron campeones pero quedaron en la historia, como la selección holandesa de los años ´70.
El Barcelona quedó eliminado como un gran campeón: con un gol mal anulado que lo depositaba en la final y con 15 llegadas concretas (80% de posesión de balón en el encuentro) a la portería del mejor arquero del mundo, el brasileño Julio César. El Inter pasó a la final ostentando simplemente el orgullo de haber derrotado al mejor equipo del mundo. Nada más. Este equipo no quedará en la historia ni mucho menos. No todo vale. El fútbol total desplegado por el Barcelona al menos despierta asombro y provoca emoción.