"Una frase Millonaria"

"Una frase Millonaria"

jueves, 24 de noviembre de 2011

Revolución Monumental


El 26 de junio del 2011 quedará marcado con tinta indeleble en el corazón de todos los riverplatenses. Nada ni nadie podrá borrarles de la memoria esa fatídica tarde de domingo, en la que un humilde equipo del interior de Argentina como Belgrano de Córdoba, le hizo probar un sorbo de tierra en vez de las mieles de éxito que la historia los tuvo tan acostumbrados. El día soleado se nubló por completo y los temores ocultos se hicieron presentes. Lo impensado pasó. River Plate, tras malos manejos dirigenciales (compartidos en distintas gestiones), errores dentro y fuera de la cancha, descendía de categoría. De Primera a la B Nacional (mala palabra si las hay en el vocabulario millonario). El primero de los “Grandes grandes” (se lo considera así junto a Boca) en besar la lona y bajar del pedestal eterno y glorioso a la tierra de los mortales.

No importó que el club haya sabido cobijar a cracks históricos como Amadeo Carrizo, Angel Labruna, Daniel Passarella, Norberto Alonso y Ariel Ortega, entre cientos de destacados futbolistas. No alcanzó con la devastación que sufrió el club en la última década. Ni siquiera con el último puesto conseguido en el Apertura 2008. No. No fue suficiente…El final estaba marcado a fuego y era inevitable.
Pero, los hinchas (siempre los hinchas) entienden mejor que nadie lo que significa la frase “en las buenas y en las malas, mucho más”. No hay mal que los pueda alejar de su pasión. No hay gastada, chiste o bravuconada que los invite a abandonar sus colores. Los hinchas son así y, por eso, debido a que nadie pudo devolverles ese espacio conseguido en el Olimpo del Fútbol, ellos comenzaron su propia “Revolución”…
Quizás el caso más emblemático (por ser jugadores-simpatizantes de verdad) es el de Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez, que abandonaron la comodidad de los euros contractuales por la búsqueda de una pizca de gloria. A partir de ahí, todos los hinchas se dieron cuenta que si ellos resignaron tanto dinero (un bien tan preciado en la cultura actual) era una obligación inundar de rojo y blanco todas las canchas donde se presentara su amado club.

Como todo acto histórico siempre hay hechos que marcan un antes y un después. Una vez descendido River, el cimbronazo fue tal que pareció mover los principales cimientos del fútbol argentino: parecía que para darle “una mano” a los equipos grandes la AFA estaba dispuesta a reformar los campeonatos de Primera y Segunda División. Fue tal la repercusión que tomó este tema, que los eternos dirigentes argentinos decidieron dar un paso atrás y no cometer un error atroz. Luego los hinchas hicieron su parte. Si bien la cancha había estado repleta en lo que era el debut insólito en la segunda categoría frente a Chacarita, el problema en cuestión se hacia presente cuando el “Millo” tuviera que hacer de visitante. Aunque parezca mentira, por hechos de violencia similares a los de Primera, en todo el ascenso estaba prohibido que concurrieran los visitantes. Medida dictatorial y elitista si las hay. Pero este River que parece refundarse, todo lo puede. Logró un hecho inaudito como la aparición de los hinchas neutrales (casi 15 mil) en su segunda presentación, en la cancha de Independiente Rivadavia de Mendoza (esta vez con un claro guiño del opositor y empresario de los medios Daniel Vila). A partir de ahí, comenzó un movimiento que ocasionó que se aboliera esta ley absurda. “La Revolución” ya estaba en marcha.

Si bien el primer comentario de todos los periodistas avezados y del mundillo entero de la pelota redonda, era que el camino de River iba a ser sinuoso y complicado (llegando a comparar la categoría como una Beirut destruida tras una guerra), nada estaba más ajeno a la realidad. Esta actualidad lo encuentra al conjunto de Almeyda puntero, invicto y con un andar gustoso. Los estadios no son lo que se decían. Y ahí está la otra gran pata de la cuestión. Todos, o casi todos, buscan inundar sus arcas con dinero fresco cuando reciben a River. Si bien en primera estaba demostrada la populosa cantidad de personas que trasladaba el “Millonario”, en la B Nacional es algo sin precedentes. Lo que sucedió el pasado sábado en el Estadio Mario Alberto Kempes (cuando un Instituto ubicado en la segunda ubicación recibía al puntero) fue impresionante. Con una recaudación histórica y récord, alrededor de 4,5 millones de pesos, fue le partido que mas dinero aportó en la temporada y sólo fue comparable con un Boca-River. Y estamos hablando de la fecha onceava de un torneo de treinta y ocho. Pero de esta manera marcha el club de Núñez, amortiguando un duelo muy doloroso y navegando por las aguas de una Nacional, que lo tiene paseando su Banda por todas las canchas sea cual sea el lugar y sea cual sea el día. Porque como dijo alguna vez el Feo Angel Labruna, River (al parecer) no es la mitad más uno… ¡es el país menos algunos!

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