
Sin dudas, el Siglo XXI estará considerado como la era de las tecnologías. Dentro de este período dos aristas resaltan sobre las demás: la expansiva Internet y la imaginativa Televisión. Hace tan sólo unos años, una persona que quería observar un encuentro de fútbol por la “pantalla chica”, debía conformarse con los bajos pixeles y calidad tecnológica de los televisores argentinos. Desde hace tres años (al menos), cambió la concepción de estas miradas con la llegada de
Un lujo la delantera millonaria. Si a estos dos “players” se le suma el exquisito Alejandro Domínguez, River puede lucir orgulloso en cancha, su tridente ofensivo de primer nivel. A veces parece chico el concepto, pero al equipo de Matías Almeyda generalmente le alcanza para torcer los rumbos de los partidos con su fuerte ofensiva. Deportivo Merlo, dirigido por Néstor Ferraresi (hombre fuerte del ascenso) no pudo escaparle a la realidad. Planteó un partido inteligente, trabado en el mediocampo. Le tapó las bandas al once de Almeyda y no dejó volar al “Chori”. Y hasta por momentos llegó a complicar a la defensa local (cómo esa llegada clara por detrás de Luciano Vella, que Ramiro López remató muy desviado). Pero todo cambió a diez minutos de finalizar el primer tiempo. Lucas Ocampos, que hizo muy bien la tarea en la semana (practicó centros desde la izquierda) le puso la pelota en la cabeza a Trezeguet y éste con un testazo rompió el ángulo. El travesaño le dio una vida más y el francés, con ojos bien abiertos, respondió rápidamente y abrió el marcador de manera muy eficiente. Y ahí, en ese instante, se desmoronó definitivamente el conjunto de la zona oeste de Buenos Aires. Esa fue la llave que desactivó el fuerte cerrojo rival.
La segunda etapa encontró a una “Banda” más decidida y comprometida con el ataque. Con las líneas más juntas y con menos errores defensivos. Un pase preciso de Domínguez, provocó la gran ovación de la tarde: “Cavegol” picó en punta y desde la medialuna del área lo vio adelantado al arquero y se la pinchó sobre su humanidad. Golazo, una definición made in Fernando. Ese fue el final partido. Después sobró el tiempo para un toqueteo intrascendente, para el lucimiento de Leonardo Ponzio (ya no es descabellado decir que los refuerzos de Passarella en esta temporada, tienen un excelente nivel) y para el gol número diecisiete del capitán. Un robo en mitad de cancha del rosarino y habilitación para Cavenaghi, que a lo Romario, punteó la pelota y decretó el
No hay comentarios:
Publicar un comentario