El blog que te acerca una mirada distinta, profunda y pasional sobre el Mundo River. ¡Donde estés... estaré!
"Una frase Millonaria"

miércoles, 25 de abril de 2012
"Paladar Negro"
martes, 24 de abril de 2012
"Monumental"
miércoles, 18 de abril de 2012
Paladar Negro
TITULARES
Daniel Vega (6): Sin sobresaltos, respondió bien en las que tuvo a su alcance. Mantuvo el cero y es importante.
Luciano Vella (3): Paupérrimo nivel del ex Newell´s. Ya no se explica su participación en el equipo. Defiende mal y ataca peor… Salió reemplazado por David Trezeguet.
Jonathan Maidana (6): Al principio le costó, pero después se asentó. Tanto de stopper como de central.
Leandro González Pirez (4): No mostró el nivel de siempre. Le pesó el Monumental en ebullición y la velocidad y picardía de los delanteros rivales.
Luciano Abecasis (6): Altísima labor del lateral. Por la banda derecha es un tren.
Lucas Ocampos (3): Volvió a mantener un bajo nivel. Se engolosina y elige mal casi todas las finalizaciones de las jugadas. Necesita un tirón de orejas.
Leonardo Ponzio (5): Tanto como volante central como líbero metió y recuperó de la mejor manera. Igualmente sigue algo errático.
Ezequiel Cirigliano (7): La figura del equipo. Armó un jugadón para el primer gol. Tocó, gambeteó y raspó. Muy completo lo del juvenil volante.
Carlos Sánchez (5): Es un motor por derecha o izquierda. No importa donde juegue exige. Es algo atolondrado pero suma.
Alejandro Domínguez (6): Gran labor del enlace-delantero. En su posición desniveló constantemente y asistió a Cavenaghi para el segundo gol del equipo.
Fernando Cavenaghi (6,5): La entrega de siempre, el compromiso de la temporada y el fútbol de toda la vida. Definió excelente y anotó su 18º gol en la campaña. Impresionante.
CAMBIOS
David Trezeguet (6): Lujos, juego simple y el asecho de siempre. Ya es el David de la gente…
César González (6,5): El venezolano entró, encaró por todos lados y sirvió el primer gol del encuentro. Pide pista.
Martín Aguirre (5): Entró para ayudar en el medio. Buscó caminos, pero erró algunos pases. Igual sirve.
DT
Matías Almeyda (6): Esta vez el “Pelado” leyó bien el partido. Buscó por las bandas, arriesgó, mantuvo el tridente y salió victorioso en una semana complicada (le ganó a Quilmes y a Huracán). Ahora recibe a Instituto con un poco más de aire.
"La Gloria o Nada"

Se sobrepusieron y es lo que importa. La derrota ante Atlanta había calodo hondo en el mundo riverplatense. Se podría decir que el color del día cambió drásticamente. El 2 a 0 a Huracán (y la victoria de entresemana por 2 a 1 ante Quilmes) trajo un alivio mentolado que hacía tiempo no se sentía por Núñez. Hasta los diez minutos del segundo tiempo, el clima estaba tan pesado como el ambiente en cancha. El mal juego que por momentos realiza el equipo se traduce verticalmente en nerviosismo. Los juveniles son los primeros que pagan los platos rotos y los ídolos no quedan exentos. Por eso, tanto Leandro González Pirez como Lucas Ocampos, sintieron el trajín de un Monumental en ebullición. La labor de ambos fue muy mala. Distinta, fue la historia para Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez, que a pesar de tener actuaciones convincentes e irreprochables parecen tener una sombra gigantesca que crece a pasos agigantados: la de David Trezeguet. Cosas del fútbol (y el periodismo). Porque es indudable que los tres se entienden en cancha. El problema es otro. Y Matías Almeyda ya lo identificó. El ingreso al once titular de Ezequiel Cirigliano dejó claramente en evidencia la falta de circulación en ofensiva. “Ciri” es simpleza en estado puro. Juega a un toque y lee los partidos. Además, gambetea cuando se necesita, raspa y se hace eje del ataque. Esa fue, la clara diferencia entre el “Millo” y el “Globo”. Los de Parque Patricios penan en la cancha, pero no negocian la actitud. Y esa fue la cuestión que le hizo cuesta arriba el partido a River, sino claramente hubiese tenido un desenlace más positivo y eficaz en la primera etapa.
Por otra parte, se puede decir que el “Pelado” encontró variantes y respuestas en el banco de suplentes durante los últimos partidos (salvo el fatídico encuentro ante Atlanta). Daniel Villalba, César González, Rogelio Funes Mori y Martín Aguirre (sumados a una especie de titular-suplente como David Trezeguet) suelen dar soluciones a encuentros trabados. Y así fue este último ante Huracán. Los ingresos del Maestrico y David (por un cada vez más impresentable Luciano Vella y un perdido Ocampos) le dieron una frescura polar al ataque “Millonario”. En tan sólo tres minutos en cancha, González desniveló, mandó un centro atrás y encontró un gol en contra. Una bocanada de aire puro y limpio. Se podría decir que fue como una sesión de masajes descontracturantes. Por eso, tan sólo unos minutos más tarde, llegaría la reivindicación del capitán. Cavenaghi, ídolo de multitudes, anotó su 18º gol en el torneo. El “Torito” de Ingeniero O´Brien estiró su racha y acalló algunas críticas desagradecidas e impensadas. Además, fue asistido otra vez por su compinche, su ladero más fiel: “Chori” Domínguez.
Asimismo, tras esta victoria tan necesitada, el público se fue feliz pero expectante. Saben que el nivel demostrado en las últimas fechas no es el ideal y encima llega al Monumental la próxima fecha el puntero Instituto. ¿Será la Gloria o no?
viernes, 13 de abril de 2012
"Aire"

Tan necesario como el aire para respirar. Matías Almeyda y compañía, respiraron profundo y gritaron de manera ostentosa ese gol del “Kekito” Villalba que les otorgaba ese pasaje a los cuartos de final de
El Pelado, diseñó un plan anti-cerveza con mayoría de ex titulares y juveniles. Pero le sumó a Trezeguet. El señor de los goles. Ese que no te falla nunca. Ya son 8 tantos en 11 partidos, con la particularidad de que sólo jugó seis como titular. Números asombrosos, pero increíbles. El francés es un delantero de elite. Casi perfecto para este maltrecho fútbol argentino. Juega a un toque, dibuja diagonales y empuja pelotas debajo de la red. Como el primer gol ante Quilmes, que tras un desborde de Rogelio Funes Mori (cada vez juega mejor, lejos de los flashes) y centro atrás, apareció para marcar el tanto que abriría el partido y así abrazar a todos: compañeros, cuerpo técnico e hinchas, que ya ni se atreven a discutir su estado físico.
Asimismo, todo no fue color de rosas. Costó y mucho. El “Lobo” Ledesma parece un jefe de la manada, pero por lo añejo simplemente. Su nivel futbolístico no tiene nada que ver con ese que supimos añorar. Domingo es un buen chico que cada vez que se pone la cinta de capitán, juega como si fuera la última vez, pero hinchas somos muchos y no por eso estamos en la primera de River. Luego hay muchos juveniles con nivel aceptable (léase Chichizola de gran partido, Pezella impecable hasta el final, Abecasis tractor por la banda derecha y los mellizos Funes Mori), pero casi ninguno sale de la media. Salvo uno: Daniel Villalba. El “Keko” es revolución en estado puro. Sus patas cortas son indescifrables. Y como la ley del leñador, “entre más altos caen mejor”, deshace defensas NBA. Sino, pregúntenles a Joel Carli y a Sebastián Martínez, centrales del “Cervecero”, que ni siquiera llegaron a anotarle la patente. Excelente nivel del enano, que ya no resiste banco. Almeyda deberá buscarle el espacio o darle muchos más minutos, ya que es un desperdicio de calidad sentado en una silla.
Aire fue el que se obtuvo en San Juan, provincia que nos recibió de la mejor manera muchas veces. Aire es el que necesita el equipo para enfrentar esta etapa decisiva. El primer paso está dado, ahora sólo falta empezar a caminar de la mejor manera.
martes, 10 de abril de 2012
Paladar Negro
TITULARES
Daniel Vega (8): Pudo hacer algo más en el gol rival, pero su actuación fue soberbia. Siempre dio seguridad y tapó cuatro pelotas de gol de manera magistral.
Luciano Vella (2): Paupérrimo nivel del ex Newell´s. Ya no se explica su participación en el equipo. Defiende mal y ataca peor…
Jonatan Maidana (3): Se mareó con los mellizos. Si bien tuvo algún quite importante. Su nivel fue bajísimo.
Ramiro Funes Mori (5): La expulsión su mancha imborrable en le partido. Sufrió por su inexperiencia. Venía con un rendimiento muy bueno hasta que se fue.
Juan Manuel Díaz (8): Altísima labor del lateral. Prestancia, seguridad, actitud y juego. Impecable, nunca se achicó.
Lucas Ocampos (2): Le encontraron la marca y no pudo desnivelar. Muy bajo lo del quilmeño. El “Keko” lo reemplazó de gran manera.
Leonardo Ponzio (3): Lo peor del rosarino. Mucho campo y poca pierna. Simepre en desventaja.
Carlos Sánchez (5): Una entrega inclaudicable, peor muy desordenado. Jugó en todas las posiciones: volante, lateral y delantero.
Alejandro Domínguez (5): Puede ser errónea la mirada, pero hasta que salió era le mejor jugador del equipo. Dibujó tres pelotas de gol en la primera etapa. No debió haber sido reemplazado.
Fernando Cavenaghi (2): Duele la nota, pero es objetiva. Erró un penal, dos chances claras y todos los pases. Para el olvido lo de “Fer”…
David Trezeguet (4): Perdido. Ganó poco de cabeza y la que tuvo se fue por poco. Preso del sistema.
CAMBIOS
Martín Aguirre (4): Flojo lo del “Pelado”. No fue salida ni contención.
Gabriel Funes Mori (5): Sacó un bombazo que rompió el travesaño y peleó todas las pelotas.
Daniel Villalba (6): Atrevido el correntino. Buscó desnivelar por todos lados y muchas veces lo consiguió.
DT
Matías Almeyda (3): Esta vez el “Pelado” se equivocó. Se confundió en los cambios, en la lectura del partido y desordenó le equipo. Pudo perder por goleada. Fue un claro paso atrás. Quilmes (le miércoles) y Huracán (el sábado) serán bisagra para el choque fundamental ante Instituto.
Paladar Negro
TITULARES
Daniel Vega (8): Pudo hacer algo más en el gol rival, pero su actuación fue soberbia. Siempre dio seguridad y tapó cuatro pelotas de gol de manera magistral.
Luciano Vella (2): Paupérrimo nivel del ex Newell´s. Ya no se explica su participación en el equipo. Defiende mal y ataca peor…
Jonatan Maidana (3): Se mareó con los mellizos. Si bien tuvo algún quite importante. Su nivel fue bajísimo.
Ramiro Funes Mori (5): La expulsión su mancha imborrable en le partido. Sufrió por su inexperiencia. Venía con un rendimiento muy bueno hasta que se fue.
Juan Manuel Díaz (8): Altísima labor del lateral. Prestancia, seguridad, actitud y juego. Impecable, nunca se achicó.
Lucas Ocampos (2): Le encontraron la marca y no pudo desnivelar. Muy bajo lo del quilmeño. El “Keko” lo reemplazó de gran manera.
Leonardo Ponzio (3): Lo peor del rosarino. Mucho campo y poca pierna. Simepre en desventaja.
Carlos Sánchez (5): Una entrega inclaudicable, peor muy desordenado. Jugó en todas las posiciones: volante, lateral y delantero.
Alejandro Domínguez (5): Puede ser errónea la mirada, pero hasta que salió era le mejor jugador del equipo. Dibujó tres pelotas de gol en la primera etapa. No debió haber sido reemplazado.
Fernando Cavenaghi (2): Duele la nota, pero es objetiva. Erró un penal, dos chances claras y todos los pases. Para el olvido lo de “Fer”…
David Trezeguet (4): Perdido. Ganó poco de cabeza y la que tuvo se fue por poco. Preso del sistema.
CAMBIOS
Martín Aguirre (4): Flojo lo del “Pelado”. No fue salida ni contención.
Gabriel Funes Mori (5): Sacó un bombazo que rompió el travesaño y peleó todas las pelotas.
Daniel Villalba (6): Atrevido el correntino. Buscó desnivelar por todos lados y muchas veces lo consiguió.
DT
Matías Almeyda (3): Esta vez el “Pelado” se equivocó. Se confundió en los cambios, en la lectura del partido y desordenó le equipo. Pudo perder por goleada. Fue un claro paso atrás. Quilmes (le miércoles) y Huracán (el sábado) serán bisagra para el choque fundamental ante Instituto.
"Todo mal"
Se veía venir. Fue uno de esos días cruzados. Esa mañana que te levantás con el pie izquierdo, te caes al piso enrededado con la sábana y encima llegás tarde al trabajo. Todo mal. Bueno, algo así, pero trasladado al fútbol fue lo que le sucedió a River. El pasado domingo, en el estadio de Vélez Sarsfield, el “Millo” visitó a Atlanta y sufrió un cachetazo inolvidable e inesperado.
El clic del encuentro fue a los 32 minutos de la primera etapa. Hasta ese momento, el partido era una especie de monólogo (no existía un dominio total de pelota y territorio, pero River jugaba claramente en campo rival). Fernando Lorefice, volante tapón rival con pasado en Independiente, tomó una pelota a metros de la medialuna del área y la clavó en el ángulo izquierdo de Vega, derrumbando de un plumazo todo lo escrito hasta ese instante.
“La banda”, había contado con varias chances para desnivelar pero no era el día. Y la claridad se hizo noche cuando casi diez minutos después Cavenaghi desperdiciaba un penal (inexistente) que podría haber acercado el marcador. Y, para rematar la fatídica tarde-noche, Ramiro Funes Mori leyó mal una contra rival y se fue expulsado como último hombre.
La labor del capitán merece un párrafo aparte. Sus ojos declaraban lo que expresaba su corazón: impotencia, desazón y tensión fueron su desesperación. Erró un penal increíblemente al lanzar la pelota casi dos metros arriba del arco, falló dos goles a los que os tiene acostumbrados (porque no hay que olvidarse que marcó 17 veces en este certamen) y marro pases tan sencillos como impensados (un ejemplo claro fue, el que inició la contra que derivó en la expulsión del mellizo Ramiro).
De vuelta en el partido, la segunda etapa fue infartante. El “Bohemio”, de la mano de los mellizos Soriano, se devoró al menos cinco situaciones claras de gol. E equipo de Almeyda igual: Cavenaghi, Trezeguet, Funes Mori y Carlos Sánchez pudieron dar vuelta el marcador sin parecer extraño. Este desequilibrio bien marcado entre ofensiva y defensiva, esta vez se debió claramente a una mala lectura del partido de parte del “Pelado” Matías Almeyda. Su equipo terminó totalmente descompensado. Con Villalba y Sánchez como laterales, con Ponzio como lanzador y con tres puntas desabastecidos. Una mención destacada, es la que merecen, Daniel Vega y Juan Manuel Díaz (tantas veces repudiados), que colaboraron para que la derrota no se convierta en catástrofe y tuvieron un nivel digno de la camiseta que usan. Ahora se viene el complicado Quilmes, este miércoles por
"Todo mal"
Se veía venir. Fue uno de esos días cruzados. Esa mañana que te levantás con el pie izquierdo, te caes al piso enrededado con la sábana y encima llegás tarde al trabajo. Todo mal. Bueno, algo así, pero trasladado al fútbol fue lo que le sucedió a River. El pasado domingo, en el estadio de Vélez Sarsfield, el “Millo” visitó a Atlanta y sufrió un cachetazo inolvidable e inesperado.
El clic del encuentro fue a los 32 minutos de la primera etapa. Hasta ese momento, el partido era una especie de monólogo (no existía un dominio total de pelota y territorio, pero River jugaba claramente en campo rival). Fernando Lorefice, volante tapón rival con pasado en Independiente, tomó una pelota a metros de la medialuna del área y la clavó en el ángulo izquierdo de Vega, derrumbando de un plumazo todo lo escrito hasta ese instante.
“La banda”, había contado con varias chances para desnivelar pero no era el día. Y la claridad se hizo noche cuando casi diez minutos después Cavenaghi desperdiciaba un penal (inexistente) que podría haber acercado el marcador. Y, para rematar la fatídica tarde-noche, Ramiro Funes Mori leyó mal una contra rival y se fue expulsado como último hombre.
La labor del capitán merece un párrafo aparte. Sus ojos declaraban lo que expresaba su corazón: impotencia, desazón y tensión fueron su desesperación. Erró un penal increíblemente al lanzar la pelota casi dos metros arriba del arco, falló dos goles a los que os tiene acostumbrados (porque no hay que olvidarse que marcó 17 veces en este certamen) y marro pases tan sencillos como impensados (un ejemplo claro fue, el que inició la contra que derivó en la expulsión del mellizo Ramiro).
De vuelta en el partido, la segunda etapa fue infartante. El “Bohemio”, de la mano de los mellizos Soriano, se devoró al menos cinco situaciones claras de gol. E equipo de Almeyda igual: Cavenaghi, Trezeguet, Funes Mori y Carlos Sánchez pudieron dar vuelta el marcador sin parecer extraño. Este desequilibrio bien marcado entre ofensiva y defensiva, esta vez se debió claramente a una mala lectura del partido de parte del “Pelado” Matías Almeyda. Su equipo terminó totalmente descompensado. Con Villalba y Sánchez como laterales, con Ponzio como lanzador y con tres puntas desabastecidos. Una mención destacada, es la que merecen, Daniel Vega y Juan Manuel Díaz (tantas veces repudiados), que colaboraron para que la derrota no se convierta en catástrofe y tuvieron un nivel digno de la camiseta que usan. Ahora se viene el complicado Quilmes, este miércoles por
"Todo mal"
Se veía venir. Fue uno de esos días cruzados. Esa mañana que te levantás con el pie izquierdo, te caes al piso enrededado con la sábana y encima llegás tarde al trabajo. Todo mal. Bueno, algo así, pero trasladado al fútbol fue lo que le sucedió a River. El pasado domingo, en el estadio de Vélez Sarsfield, el “Millo” visitó a Atlanta y sufrió un cachetazo inolvidable e inesperado.
El clic del encuentro fue a los 32 minutos de la primera etapa. Hasta ese momento, el partido era una especie de monólogo (no existía un dominio total de pelota y territorio, pero River jugaba claramente en campo rival). Fernando Lorefice, volante tapón rival con pasado en Independiente, tomó una pelota a metros de la medialuna del área y la clavó en el ángulo izquierdo de Vega, derrumbando de un plumazo todo lo escrito hasta ese instante.
“La banda”, había contado con varias chances para desnivelar pero no era el día. Y la claridad se hizo noche cuando casi diez minutos después Cavenaghi desperdiciaba un penal (inexistente) que podría haber acercado el marcador. Y, para rematar la fatídica tarde-noche, Ramiro Funes Mori leyó mal una contra rival y se fue expulsado como último hombre.
La labor del capitán merece un párrafo aparte. Sus ojos declaraban lo que expresaba su corazón: impotencia, desazón y tensión fueron su desesperación. Erró un penal increíblemente al lanzar la pelota casi dos metros arriba del arco, falló dos goles a los que os tiene acostumbrados (porque no hay que olvidarse que marcó 17 veces en este certamen) y marro pases tan sencillos como impensados (un ejemplo claro fue, el que inició la contra que derivó en la expulsión del mellizo Ramiro).
De vuelta en el partido, la segunda etapa fue infartante. El “Bohemio”, de la mano de los mellizos Soriano, se devoró al menos cinco situaciones claras de gol. E equipo de Almeyda igual: Cavenaghi, Trezeguet, Funes Mori y Carlos Sánchez pudieron dar vuelta el marcador sin parecer extraño. Este desequilibrio bien marcado entre ofensiva y defensiva, esta vez se debió claramente a una mala lectura del partido de parte del “Pelado” Matías Almeyda. Su equipo terminó totalmente descompensado. Con Villalba y Sánchez como laterales, con Ponzio como lanzador y con tres puntas desabastecidos. Una mención destacada, es la que merecen, Daniel Vega y Juan Manuel Díaz (tantas veces repudiados), que colaboraron para que la derrota no se convierta en catástrofe y tuvieron un nivel digno de la camiseta que usan. Ahora se viene el complicado Quilmes, este miércoles por
lunes, 2 de abril de 2012
“Treze la ilusión”

Este análisis ya lo marcamos con anterioridad. Ni “tan tan” ni “muy muy”. El nivel de River, es alentador por momentos y decepcionante por otros. No le escapa a la mediocridad del actual fútbol argentino. Y ahí, es cuando aparecen los grandes nombres. Las individualidades determinantes. David Trezeguet, Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez, cada uno en su medida, marcan la diferencia en cualquier categoría. Si bien, actualmente es el turno del francés en destacarse por sobre el resto, “Cave” y “Chori” supieron hacerlo en momentos clave, para que River en esta actualidad se encuentre peleando el ascenso, palmo a palmo, con Instituto, muy buen equipo cordobés.
Como todos los encuentros que se disputaron en este certamen, y sobre todo en el Monumental, el match ante Ferrocarril Oeste, no escapó a la lógica. El conjunto de Carlos Trullet vino a hacer su negocio, cómo lo hizo en todo el campeonato. Mantener el cero en su arco y marcar un gol en el momento oportuno. El orden defensivo del visitante y mal estado del campo de juego, eran dos obstáculos muy difíciles de sobrepasar para el team de Matías Almeyda. Si bien la premisa de “
Y así fue. Los ingresos del “Keko” Villaba y Martín Aguirre, le dieron chispa a una braza que de a poquito se apagaba. El “Pelado” terminó jugando con 3-4-3, súper ofensivo que desnuda las intenciones de River. Los partidos se ganan en noventa minutos y si no se pueden triunfar por juego asociado, pesan las individualidades. Pero nadie puede quitarle el mérito a Almeyda, de que ante Ferro, se la jugó por el bien de su equipo y no apostó a que lo salvaran los héroes de siempre.
Primero Ramiro Funes Mori, tras una guapeada del galo en el área, abrió el marcador. Después el otro “Melli”, desniveló en dónde pesan las piernas y le cometieron un penal, que ajustició David. Y luego, en tan sólo 10 minutos Trezeguet, copió a su amigo Zinedine Zidane y dibujó una volea deliciosa que besó el ángulo. Delirio, fantasía y optimismo. Porque, con “David Treze la ilusión”.