“Bienvenidos a Isidro Casanova”, reza un enorme cartel en la intersección de República de Portugal y Ruta
En lo que respecta meramente al encuentro, se jugó ante un rival con oficio que tiene al Ferguson de Argentina (Blas Giunta es el técnico de Almirante Brown hace 7 años), con un calor sofocante y un campo de juego con un pasto digno para darle de comer a los potrillos. Igualmente, eso no es excusa. El tiempo y el estado de la cancha influyeron tanto al visitante como al local. Pero todos sabemos que es más fácil destruir que crear…
Las conclusiones que debería sacar Matías Almeyda con respecto a este encuentro son las siguientes: analizar que si Alejandro Domínguez se resfría se termina el fútbol en su equipo; que si Fernando Cavenaghi no respondiera siempre, los goles los tendrían que marcar Andrés Ríos, Gustavo Bou y casi gol Rogelio Funes Mori; que a este team siempre le marcan de pelota parada; que Luciano Vella no le puede pelear el puesto a Luciano Abecasis y que Ezequiel Cirigliano está muy sólo en el mediocampo. Un punto aparte merece la actuación de Daniel Vega: siempre flojo, hasta displicente parece no dar la talla para el arco más grande del mundo.
Lo positivo es que en plantel, existe una diferencia con el resto. Que ya están disponibles para volver para la próxima fecha David Trezeguet, Carlos Sánchez y Martín Aguirre. Y que a pesar de todo se obtuvieron 34 puntos y el Millo se encuentra en zona de ascenso directo junto a Instituto y Rosario Central. Como decía una película de los noventa: ¿Quién dijo que iba a ser fácil?
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