
“Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera, tengan unión verdadera, en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera". Sabias palabras de José Hernández en el literato argentino por excelencia: Martín Fierro. Y esa premisa básica patriarcal, fue realizada con éxito por los mellizos Gabriel y Ramiro Funes Mori. El 9, bastardeado por algunos hinchas y por la prensa, jugó un partidazo. Es cierto que tiene vaivenes dignos de terapia, pero la verdad que cuando no siente tanta presión muestra todo su repertorio. Pivoteó, corrió y armó un jugadón con Cavenaghi para el
Antes de la cita de la “hermandad” hubo un partido. Y ahí se notó la mano de Ponzio. Un relojito que marca, distribuye, juega y ¡le pega al arco! Sin dudas, la apuesta de Almeyda con el rosarino salió redonda. El ex Zaragoza viene jugando de manera increíble y se insertó en el once muy fácilmente. El primer gol lo demuestra: Ezequiel Cirigliano lo vio bien ubicado a casi
Un párrafo aparte merece el capitán. Como bien rezaba el Indio Solari en Los Redondos, “El lujo es vulgaridad”. A falta del “Chori” Domínguez, Cavenaghi se vistió de asistidor e inventó dos pases-gol “Messianos” que lograron que, el mellizo Rogelio marque un tanto y que David Trezeguet siga engrosando su altísimo promedio de gol: anotó tres veces en 40 minutos. Impresionante lo del francés, que a pesar de notarse en inferioridad física, en minutos demuestra porque es y será un delantero de clase mundial.
Matías Almeyda logró algo difícil: encadenar tres victorias consecutivas en el fútbol argentino. Luego de un verano tumultuoso, con duras derrotas clásicas, encarriló al equipo y lo depositó en la punta de
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