El blog que te acerca una mirada distinta, profunda y pasional sobre el Mundo River. ¡Donde estés... estaré!
"Una frase Millonaria"

lunes, 24 de septiembre de 2012
"Tolerancia Cero"
domingo, 24 de junio de 2012
Un ascenso Monumental

miércoles, 23 de mayo de 2012
La suerte está echada

lunes, 7 de mayo de 2012
Treze, el número de la suerte
miércoles, 25 de abril de 2012
"Paladar Negro"
martes, 24 de abril de 2012
"Monumental"
miércoles, 18 de abril de 2012
Paladar Negro
TITULARES
Daniel Vega (6): Sin sobresaltos, respondió bien en las que tuvo a su alcance. Mantuvo el cero y es importante.
Luciano Vella (3): Paupérrimo nivel del ex Newell´s. Ya no se explica su participación en el equipo. Defiende mal y ataca peor… Salió reemplazado por David Trezeguet.
Jonathan Maidana (6): Al principio le costó, pero después se asentó. Tanto de stopper como de central.
Leandro González Pirez (4): No mostró el nivel de siempre. Le pesó el Monumental en ebullición y la velocidad y picardía de los delanteros rivales.
Luciano Abecasis (6): Altísima labor del lateral. Por la banda derecha es un tren.
Lucas Ocampos (3): Volvió a mantener un bajo nivel. Se engolosina y elige mal casi todas las finalizaciones de las jugadas. Necesita un tirón de orejas.
Leonardo Ponzio (5): Tanto como volante central como líbero metió y recuperó de la mejor manera. Igualmente sigue algo errático.
Ezequiel Cirigliano (7): La figura del equipo. Armó un jugadón para el primer gol. Tocó, gambeteó y raspó. Muy completo lo del juvenil volante.
Carlos Sánchez (5): Es un motor por derecha o izquierda. No importa donde juegue exige. Es algo atolondrado pero suma.
Alejandro Domínguez (6): Gran labor del enlace-delantero. En su posición desniveló constantemente y asistió a Cavenaghi para el segundo gol del equipo.
Fernando Cavenaghi (6,5): La entrega de siempre, el compromiso de la temporada y el fútbol de toda la vida. Definió excelente y anotó su 18º gol en la campaña. Impresionante.
CAMBIOS
David Trezeguet (6): Lujos, juego simple y el asecho de siempre. Ya es el David de la gente…
César González (6,5): El venezolano entró, encaró por todos lados y sirvió el primer gol del encuentro. Pide pista.
Martín Aguirre (5): Entró para ayudar en el medio. Buscó caminos, pero erró algunos pases. Igual sirve.
DT
Matías Almeyda (6): Esta vez el “Pelado” leyó bien el partido. Buscó por las bandas, arriesgó, mantuvo el tridente y salió victorioso en una semana complicada (le ganó a Quilmes y a Huracán). Ahora recibe a Instituto con un poco más de aire.
"La Gloria o Nada"

Se sobrepusieron y es lo que importa. La derrota ante Atlanta había calodo hondo en el mundo riverplatense. Se podría decir que el color del día cambió drásticamente. El 2 a 0 a Huracán (y la victoria de entresemana por 2 a 1 ante Quilmes) trajo un alivio mentolado que hacía tiempo no se sentía por Núñez. Hasta los diez minutos del segundo tiempo, el clima estaba tan pesado como el ambiente en cancha. El mal juego que por momentos realiza el equipo se traduce verticalmente en nerviosismo. Los juveniles son los primeros que pagan los platos rotos y los ídolos no quedan exentos. Por eso, tanto Leandro González Pirez como Lucas Ocampos, sintieron el trajín de un Monumental en ebullición. La labor de ambos fue muy mala. Distinta, fue la historia para Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez, que a pesar de tener actuaciones convincentes e irreprochables parecen tener una sombra gigantesca que crece a pasos agigantados: la de David Trezeguet. Cosas del fútbol (y el periodismo). Porque es indudable que los tres se entienden en cancha. El problema es otro. Y Matías Almeyda ya lo identificó. El ingreso al once titular de Ezequiel Cirigliano dejó claramente en evidencia la falta de circulación en ofensiva. “Ciri” es simpleza en estado puro. Juega a un toque y lee los partidos. Además, gambetea cuando se necesita, raspa y se hace eje del ataque. Esa fue, la clara diferencia entre el “Millo” y el “Globo”. Los de Parque Patricios penan en la cancha, pero no negocian la actitud. Y esa fue la cuestión que le hizo cuesta arriba el partido a River, sino claramente hubiese tenido un desenlace más positivo y eficaz en la primera etapa.
Por otra parte, se puede decir que el “Pelado” encontró variantes y respuestas en el banco de suplentes durante los últimos partidos (salvo el fatídico encuentro ante Atlanta). Daniel Villalba, César González, Rogelio Funes Mori y Martín Aguirre (sumados a una especie de titular-suplente como David Trezeguet) suelen dar soluciones a encuentros trabados. Y así fue este último ante Huracán. Los ingresos del Maestrico y David (por un cada vez más impresentable Luciano Vella y un perdido Ocampos) le dieron una frescura polar al ataque “Millonario”. En tan sólo tres minutos en cancha, González desniveló, mandó un centro atrás y encontró un gol en contra. Una bocanada de aire puro y limpio. Se podría decir que fue como una sesión de masajes descontracturantes. Por eso, tan sólo unos minutos más tarde, llegaría la reivindicación del capitán. Cavenaghi, ídolo de multitudes, anotó su 18º gol en el torneo. El “Torito” de Ingeniero O´Brien estiró su racha y acalló algunas críticas desagradecidas e impensadas. Además, fue asistido otra vez por su compinche, su ladero más fiel: “Chori” Domínguez.
Asimismo, tras esta victoria tan necesitada, el público se fue feliz pero expectante. Saben que el nivel demostrado en las últimas fechas no es el ideal y encima llega al Monumental la próxima fecha el puntero Instituto. ¿Será la Gloria o no?
viernes, 13 de abril de 2012
"Aire"

Tan necesario como el aire para respirar. Matías Almeyda y compañía, respiraron profundo y gritaron de manera ostentosa ese gol del “Kekito” Villalba que les otorgaba ese pasaje a los cuartos de final de
El Pelado, diseñó un plan anti-cerveza con mayoría de ex titulares y juveniles. Pero le sumó a Trezeguet. El señor de los goles. Ese que no te falla nunca. Ya son 8 tantos en 11 partidos, con la particularidad de que sólo jugó seis como titular. Números asombrosos, pero increíbles. El francés es un delantero de elite. Casi perfecto para este maltrecho fútbol argentino. Juega a un toque, dibuja diagonales y empuja pelotas debajo de la red. Como el primer gol ante Quilmes, que tras un desborde de Rogelio Funes Mori (cada vez juega mejor, lejos de los flashes) y centro atrás, apareció para marcar el tanto que abriría el partido y así abrazar a todos: compañeros, cuerpo técnico e hinchas, que ya ni se atreven a discutir su estado físico.
Asimismo, todo no fue color de rosas. Costó y mucho. El “Lobo” Ledesma parece un jefe de la manada, pero por lo añejo simplemente. Su nivel futbolístico no tiene nada que ver con ese que supimos añorar. Domingo es un buen chico que cada vez que se pone la cinta de capitán, juega como si fuera la última vez, pero hinchas somos muchos y no por eso estamos en la primera de River. Luego hay muchos juveniles con nivel aceptable (léase Chichizola de gran partido, Pezella impecable hasta el final, Abecasis tractor por la banda derecha y los mellizos Funes Mori), pero casi ninguno sale de la media. Salvo uno: Daniel Villalba. El “Keko” es revolución en estado puro. Sus patas cortas son indescifrables. Y como la ley del leñador, “entre más altos caen mejor”, deshace defensas NBA. Sino, pregúntenles a Joel Carli y a Sebastián Martínez, centrales del “Cervecero”, que ni siquiera llegaron a anotarle la patente. Excelente nivel del enano, que ya no resiste banco. Almeyda deberá buscarle el espacio o darle muchos más minutos, ya que es un desperdicio de calidad sentado en una silla.
Aire fue el que se obtuvo en San Juan, provincia que nos recibió de la mejor manera muchas veces. Aire es el que necesita el equipo para enfrentar esta etapa decisiva. El primer paso está dado, ahora sólo falta empezar a caminar de la mejor manera.
martes, 10 de abril de 2012
Paladar Negro
TITULARES
Daniel Vega (8): Pudo hacer algo más en el gol rival, pero su actuación fue soberbia. Siempre dio seguridad y tapó cuatro pelotas de gol de manera magistral.
Luciano Vella (2): Paupérrimo nivel del ex Newell´s. Ya no se explica su participación en el equipo. Defiende mal y ataca peor…
Jonatan Maidana (3): Se mareó con los mellizos. Si bien tuvo algún quite importante. Su nivel fue bajísimo.
Ramiro Funes Mori (5): La expulsión su mancha imborrable en le partido. Sufrió por su inexperiencia. Venía con un rendimiento muy bueno hasta que se fue.
Juan Manuel Díaz (8): Altísima labor del lateral. Prestancia, seguridad, actitud y juego. Impecable, nunca se achicó.
Lucas Ocampos (2): Le encontraron la marca y no pudo desnivelar. Muy bajo lo del quilmeño. El “Keko” lo reemplazó de gran manera.
Leonardo Ponzio (3): Lo peor del rosarino. Mucho campo y poca pierna. Simepre en desventaja.
Carlos Sánchez (5): Una entrega inclaudicable, peor muy desordenado. Jugó en todas las posiciones: volante, lateral y delantero.
Alejandro Domínguez (5): Puede ser errónea la mirada, pero hasta que salió era le mejor jugador del equipo. Dibujó tres pelotas de gol en la primera etapa. No debió haber sido reemplazado.
Fernando Cavenaghi (2): Duele la nota, pero es objetiva. Erró un penal, dos chances claras y todos los pases. Para el olvido lo de “Fer”…
David Trezeguet (4): Perdido. Ganó poco de cabeza y la que tuvo se fue por poco. Preso del sistema.
CAMBIOS
Martín Aguirre (4): Flojo lo del “Pelado”. No fue salida ni contención.
Gabriel Funes Mori (5): Sacó un bombazo que rompió el travesaño y peleó todas las pelotas.
Daniel Villalba (6): Atrevido el correntino. Buscó desnivelar por todos lados y muchas veces lo consiguió.
DT
Matías Almeyda (3): Esta vez el “Pelado” se equivocó. Se confundió en los cambios, en la lectura del partido y desordenó le equipo. Pudo perder por goleada. Fue un claro paso atrás. Quilmes (le miércoles) y Huracán (el sábado) serán bisagra para el choque fundamental ante Instituto.
Paladar Negro
TITULARES
Daniel Vega (8): Pudo hacer algo más en el gol rival, pero su actuación fue soberbia. Siempre dio seguridad y tapó cuatro pelotas de gol de manera magistral.
Luciano Vella (2): Paupérrimo nivel del ex Newell´s. Ya no se explica su participación en el equipo. Defiende mal y ataca peor…
Jonatan Maidana (3): Se mareó con los mellizos. Si bien tuvo algún quite importante. Su nivel fue bajísimo.
Ramiro Funes Mori (5): La expulsión su mancha imborrable en le partido. Sufrió por su inexperiencia. Venía con un rendimiento muy bueno hasta que se fue.
Juan Manuel Díaz (8): Altísima labor del lateral. Prestancia, seguridad, actitud y juego. Impecable, nunca se achicó.
Lucas Ocampos (2): Le encontraron la marca y no pudo desnivelar. Muy bajo lo del quilmeño. El “Keko” lo reemplazó de gran manera.
Leonardo Ponzio (3): Lo peor del rosarino. Mucho campo y poca pierna. Simepre en desventaja.
Carlos Sánchez (5): Una entrega inclaudicable, peor muy desordenado. Jugó en todas las posiciones: volante, lateral y delantero.
Alejandro Domínguez (5): Puede ser errónea la mirada, pero hasta que salió era le mejor jugador del equipo. Dibujó tres pelotas de gol en la primera etapa. No debió haber sido reemplazado.
Fernando Cavenaghi (2): Duele la nota, pero es objetiva. Erró un penal, dos chances claras y todos los pases. Para el olvido lo de “Fer”…
David Trezeguet (4): Perdido. Ganó poco de cabeza y la que tuvo se fue por poco. Preso del sistema.
CAMBIOS
Martín Aguirre (4): Flojo lo del “Pelado”. No fue salida ni contención.
Gabriel Funes Mori (5): Sacó un bombazo que rompió el travesaño y peleó todas las pelotas.
Daniel Villalba (6): Atrevido el correntino. Buscó desnivelar por todos lados y muchas veces lo consiguió.
DT
Matías Almeyda (3): Esta vez el “Pelado” se equivocó. Se confundió en los cambios, en la lectura del partido y desordenó le equipo. Pudo perder por goleada. Fue un claro paso atrás. Quilmes (le miércoles) y Huracán (el sábado) serán bisagra para el choque fundamental ante Instituto.
"Todo mal"
Se veía venir. Fue uno de esos días cruzados. Esa mañana que te levantás con el pie izquierdo, te caes al piso enrededado con la sábana y encima llegás tarde al trabajo. Todo mal. Bueno, algo así, pero trasladado al fútbol fue lo que le sucedió a River. El pasado domingo, en el estadio de Vélez Sarsfield, el “Millo” visitó a Atlanta y sufrió un cachetazo inolvidable e inesperado.
El clic del encuentro fue a los 32 minutos de la primera etapa. Hasta ese momento, el partido era una especie de monólogo (no existía un dominio total de pelota y territorio, pero River jugaba claramente en campo rival). Fernando Lorefice, volante tapón rival con pasado en Independiente, tomó una pelota a metros de la medialuna del área y la clavó en el ángulo izquierdo de Vega, derrumbando de un plumazo todo lo escrito hasta ese instante.
“La banda”, había contado con varias chances para desnivelar pero no era el día. Y la claridad se hizo noche cuando casi diez minutos después Cavenaghi desperdiciaba un penal (inexistente) que podría haber acercado el marcador. Y, para rematar la fatídica tarde-noche, Ramiro Funes Mori leyó mal una contra rival y se fue expulsado como último hombre.
La labor del capitán merece un párrafo aparte. Sus ojos declaraban lo que expresaba su corazón: impotencia, desazón y tensión fueron su desesperación. Erró un penal increíblemente al lanzar la pelota casi dos metros arriba del arco, falló dos goles a los que os tiene acostumbrados (porque no hay que olvidarse que marcó 17 veces en este certamen) y marro pases tan sencillos como impensados (un ejemplo claro fue, el que inició la contra que derivó en la expulsión del mellizo Ramiro).
De vuelta en el partido, la segunda etapa fue infartante. El “Bohemio”, de la mano de los mellizos Soriano, se devoró al menos cinco situaciones claras de gol. E equipo de Almeyda igual: Cavenaghi, Trezeguet, Funes Mori y Carlos Sánchez pudieron dar vuelta el marcador sin parecer extraño. Este desequilibrio bien marcado entre ofensiva y defensiva, esta vez se debió claramente a una mala lectura del partido de parte del “Pelado” Matías Almeyda. Su equipo terminó totalmente descompensado. Con Villalba y Sánchez como laterales, con Ponzio como lanzador y con tres puntas desabastecidos. Una mención destacada, es la que merecen, Daniel Vega y Juan Manuel Díaz (tantas veces repudiados), que colaboraron para que la derrota no se convierta en catástrofe y tuvieron un nivel digno de la camiseta que usan. Ahora se viene el complicado Quilmes, este miércoles por
"Todo mal"
Se veía venir. Fue uno de esos días cruzados. Esa mañana que te levantás con el pie izquierdo, te caes al piso enrededado con la sábana y encima llegás tarde al trabajo. Todo mal. Bueno, algo así, pero trasladado al fútbol fue lo que le sucedió a River. El pasado domingo, en el estadio de Vélez Sarsfield, el “Millo” visitó a Atlanta y sufrió un cachetazo inolvidable e inesperado.
El clic del encuentro fue a los 32 minutos de la primera etapa. Hasta ese momento, el partido era una especie de monólogo (no existía un dominio total de pelota y territorio, pero River jugaba claramente en campo rival). Fernando Lorefice, volante tapón rival con pasado en Independiente, tomó una pelota a metros de la medialuna del área y la clavó en el ángulo izquierdo de Vega, derrumbando de un plumazo todo lo escrito hasta ese instante.
“La banda”, había contado con varias chances para desnivelar pero no era el día. Y la claridad se hizo noche cuando casi diez minutos después Cavenaghi desperdiciaba un penal (inexistente) que podría haber acercado el marcador. Y, para rematar la fatídica tarde-noche, Ramiro Funes Mori leyó mal una contra rival y se fue expulsado como último hombre.
La labor del capitán merece un párrafo aparte. Sus ojos declaraban lo que expresaba su corazón: impotencia, desazón y tensión fueron su desesperación. Erró un penal increíblemente al lanzar la pelota casi dos metros arriba del arco, falló dos goles a los que os tiene acostumbrados (porque no hay que olvidarse que marcó 17 veces en este certamen) y marro pases tan sencillos como impensados (un ejemplo claro fue, el que inició la contra que derivó en la expulsión del mellizo Ramiro).
De vuelta en el partido, la segunda etapa fue infartante. El “Bohemio”, de la mano de los mellizos Soriano, se devoró al menos cinco situaciones claras de gol. E equipo de Almeyda igual: Cavenaghi, Trezeguet, Funes Mori y Carlos Sánchez pudieron dar vuelta el marcador sin parecer extraño. Este desequilibrio bien marcado entre ofensiva y defensiva, esta vez se debió claramente a una mala lectura del partido de parte del “Pelado” Matías Almeyda. Su equipo terminó totalmente descompensado. Con Villalba y Sánchez como laterales, con Ponzio como lanzador y con tres puntas desabastecidos. Una mención destacada, es la que merecen, Daniel Vega y Juan Manuel Díaz (tantas veces repudiados), que colaboraron para que la derrota no se convierta en catástrofe y tuvieron un nivel digno de la camiseta que usan. Ahora se viene el complicado Quilmes, este miércoles por
"Todo mal"
Se veía venir. Fue uno de esos días cruzados. Esa mañana que te levantás con el pie izquierdo, te caes al piso enrededado con la sábana y encima llegás tarde al trabajo. Todo mal. Bueno, algo así, pero trasladado al fútbol fue lo que le sucedió a River. El pasado domingo, en el estadio de Vélez Sarsfield, el “Millo” visitó a Atlanta y sufrió un cachetazo inolvidable e inesperado.
El clic del encuentro fue a los 32 minutos de la primera etapa. Hasta ese momento, el partido era una especie de monólogo (no existía un dominio total de pelota y territorio, pero River jugaba claramente en campo rival). Fernando Lorefice, volante tapón rival con pasado en Independiente, tomó una pelota a metros de la medialuna del área y la clavó en el ángulo izquierdo de Vega, derrumbando de un plumazo todo lo escrito hasta ese instante.
“La banda”, había contado con varias chances para desnivelar pero no era el día. Y la claridad se hizo noche cuando casi diez minutos después Cavenaghi desperdiciaba un penal (inexistente) que podría haber acercado el marcador. Y, para rematar la fatídica tarde-noche, Ramiro Funes Mori leyó mal una contra rival y se fue expulsado como último hombre.
La labor del capitán merece un párrafo aparte. Sus ojos declaraban lo que expresaba su corazón: impotencia, desazón y tensión fueron su desesperación. Erró un penal increíblemente al lanzar la pelota casi dos metros arriba del arco, falló dos goles a los que os tiene acostumbrados (porque no hay que olvidarse que marcó 17 veces en este certamen) y marro pases tan sencillos como impensados (un ejemplo claro fue, el que inició la contra que derivó en la expulsión del mellizo Ramiro).
De vuelta en el partido, la segunda etapa fue infartante. El “Bohemio”, de la mano de los mellizos Soriano, se devoró al menos cinco situaciones claras de gol. E equipo de Almeyda igual: Cavenaghi, Trezeguet, Funes Mori y Carlos Sánchez pudieron dar vuelta el marcador sin parecer extraño. Este desequilibrio bien marcado entre ofensiva y defensiva, esta vez se debió claramente a una mala lectura del partido de parte del “Pelado” Matías Almeyda. Su equipo terminó totalmente descompensado. Con Villalba y Sánchez como laterales, con Ponzio como lanzador y con tres puntas desabastecidos. Una mención destacada, es la que merecen, Daniel Vega y Juan Manuel Díaz (tantas veces repudiados), que colaboraron para que la derrota no se convierta en catástrofe y tuvieron un nivel digno de la camiseta que usan. Ahora se viene el complicado Quilmes, este miércoles por
lunes, 2 de abril de 2012
“Treze la ilusión”

Este análisis ya lo marcamos con anterioridad. Ni “tan tan” ni “muy muy”. El nivel de River, es alentador por momentos y decepcionante por otros. No le escapa a la mediocridad del actual fútbol argentino. Y ahí, es cuando aparecen los grandes nombres. Las individualidades determinantes. David Trezeguet, Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez, cada uno en su medida, marcan la diferencia en cualquier categoría. Si bien, actualmente es el turno del francés en destacarse por sobre el resto, “Cave” y “Chori” supieron hacerlo en momentos clave, para que River en esta actualidad se encuentre peleando el ascenso, palmo a palmo, con Instituto, muy buen equipo cordobés.
Como todos los encuentros que se disputaron en este certamen, y sobre todo en el Monumental, el match ante Ferrocarril Oeste, no escapó a la lógica. El conjunto de Carlos Trullet vino a hacer su negocio, cómo lo hizo en todo el campeonato. Mantener el cero en su arco y marcar un gol en el momento oportuno. El orden defensivo del visitante y mal estado del campo de juego, eran dos obstáculos muy difíciles de sobrepasar para el team de Matías Almeyda. Si bien la premisa de “
Y así fue. Los ingresos del “Keko” Villaba y Martín Aguirre, le dieron chispa a una braza que de a poquito se apagaba. El “Pelado” terminó jugando con 3-4-3, súper ofensivo que desnuda las intenciones de River. Los partidos se ganan en noventa minutos y si no se pueden triunfar por juego asociado, pesan las individualidades. Pero nadie puede quitarle el mérito a Almeyda, de que ante Ferro, se la jugó por el bien de su equipo y no apostó a que lo salvaran los héroes de siempre.
Primero Ramiro Funes Mori, tras una guapeada del galo en el área, abrió el marcador. Después el otro “Melli”, desniveló en dónde pesan las piernas y le cometieron un penal, que ajustició David. Y luego, en tan sólo 10 minutos Trezeguet, copió a su amigo Zinedine Zidane y dibujó una volea deliciosa que besó el ángulo. Delirio, fantasía y optimismo. Porque, con “David Treze la ilusión”.
jueves, 29 de marzo de 2012
Embajadores del Buen Pie

Se lleva en la sangre. El ADN riverplatense los hace distintos. La siguiente sección buscará mostrarle, a todos los hinchas de
"El salto del Tigre"
Explotan las redes. Mejor dicho se perforan. Su paso hacia la eternidad es arrollador. Radamel Falcao García Zárate, está considerado (libra por libra) como uno de los delanteros más letales de todo el fantástico planeta fútbol.
Sin embargo, su historia tuvo varios matices. No todas fueron luces encandilantes en su trayectoria. El desarraigo marcó una clara etapa en su ser. El Tigre de Santa Marta, Magdalena (Colombia), emigró desde muy joven con el sueño de cumplir su sueño de futbolista. Con tan sólo 13 años, debutó en un torneo oficial colombiano. Era tan sólo un “purrete”, cuando con tan sólo15 abriles, River Plate se hizo acreedor de su ficha. En inferiores se destacó de tal manera, que en el año 2005 Leonardo Astrada le daría minutos en una derrota por
Su vuelta fue muy esperada. El público “Millonario” ya sabía lo que podía ofrecer Radamel. Tenían todas sus ilusiones depositadas en este joven delantero cafetero. Hay que remarcar, que durante su carrera, a su enorme capacidad goleadora, Falcao le agregó olfato en el área y sobre todo mucha garra, atributo que logró que el apodo de “Tigre” no se hiciera esperar. Durante su estadía en Núñez, les marcó goles a todos los equipos grandes, dejó un triplete para la historia ante Botafogo (Brasil), obtuvo un título y se destacó con una gran personalidad en un momento tan crítico, cómo fue el salir por primera vez en la historia último en un torneo organizado por
El multicampeón Porto (Portugal) lo cobijaría por tan sólo 5,5 millones de euros. Una ganga made in Aguilar, teniendo en cuenta el valor porque el que dos años después lo venderían. El país de Cristiano Ronaldo y Eusebio, lograría que Radamel madurara como un delantero Clase A. Sus goles valieron títulos: tres supercopas de Portugal, dos Copas portuguesas, una Liga Nacional y una UEFA Europa League. 72 goles en 87 presentaciones (incluyen el récord de 17 tantos en
El Atlético de Madrid, posaba su mirada en él, en la clara búsqueda de reemplazar correctamente a su joya Sergio Agüero, que emigraría al Manchester City. Lejos de los flashes lusos, dónde fue la máxima figura del fútbol local por dos temporadas consecutivas, en España (dónde se desempeña actualmente desde mediados del año pasado) debe compartir cartel con cracks de la talla de Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Xavi Hernández, Gonzalo Higuaín o Kaká. Su performance, en el equipo “Colchonero”, es tan alta que ya los gigante europeos se obsesionan con él. 26 goles en 37 presentaciones, demuestran que su nivel futbolístico es ascendente y no una mera racha positiva.
Lo cierto, es que Radamel nunca se olvida de sus raíces y sueña con retirarse en un Monumental repleto y jugando en plenitud física. Un orgullo de la casa, que hace gala de sus dotes riverplatenses.
martes, 27 de marzo de 2012
Paladar Negro
TITULARES
Daniel Vega (6): Seguro volvió a mantener en cero su arco por quinta vez en el partido. La mancha: un centro cruzado que se le escapó en el área chica y trajo peligro para su defensa.
Luciano Vella (6): Mejoró su nivel con respecto al encuentro contra Deportivo Merlo, tuvo un cierre clave en defensa y fue salida constante por derecha..
Jonatan Maidana (6): Buen partido del central. Le costó afirmarse pero cuando lo hizo, fue el patrón de la defensa.
Ramiro Funes Mori (5): Leonel Altobelli lo volvió loco. Lo anticipó por abajo todo el partido. Impecable de arriba como de costumbre.
Juan Manuel Díaz (5): No fue su mejor tarde. Si bien siempre se ofreció como alternativa, no terminó bien, ninguna jugada de ataque.
Lucas Ocampos (4): Flojo encuentro del juvenil. No pudo desnivelar por su banda y casi no tuvo participación. Salió reemplazado en la segunda etapa.
Leonardo Ponzio (6): Preso del sistema, le costó hacer pie frente al mediocampo superpoblado de Gimnasia. Igualmente, se la bancó de la mejor manera. Trasladó mucho y pateó de afuera sin sentido. Además, recuperó muchas pelotas.
Carlos Sánchez (7): El mejor de River. Un motorcito que no se cansó de generar peligro. Gran centro a la cabeza de Trezeguet en el primer tiempo..
Alejandro Domínguez (5): Entra mucho en el juego sucio de los rivales. Cuando se dedica a jugar al “fútbol” marca la diferencia.
Fernando Cavenaghi (4): Muy malo lo del capitán. Inconexo con Trezeguet, se apuró en muchas jugadas y definió mal en otras. Sin embargo, es el mejor jugador del equipo y el goleador incuestionable.
David Trezeguet (6): El mejor en ofensiva. Definió mal un centro perfecto de Sánchez y metió un cabezazo bárbaro desde la medialuna del área que casi termina en gol. Rebotando y pivoteando es impecable..
CAMBIOS
Martín Aguirre (6,5): Sus ingresos revolucionan el equipo. Le sacaron el gol desde la línea. Pide pista…
Gabriel Funes Mori (5): Perdió más de lo que ganó en poco más de diez minutos en cancha.
Andrés Ríos (-): Su inceso fue casi inexplicable. No tuvo casi participación en el juego.
DT
Matías Almeyda (5):Esta vez el “Pelado” se equivocó. Por mantener el tridente ofensivo, le quitó seguridad y juego asociado al equipo. Después arriesgó, sin sentido, al juntar cuatro delanteros centro. Debió haberle hecho un lugar al “Keko” Villalba para que explote sus desbordes.
¿Goles son amores?

La semana pasada, el tema de charla “del café” era el poder de anotación del equipo de Almeyda. Muchas afirmaciones se hicieron eco en los medios de comunicación. Que River Plate era el equipo más goleador de todas las categorías del fútbol argentino (sigue con ese título). Qué después del
Igualmente, no hay que hacer oídos sordos. “Cuando el río suena por al es”, solían decir nuestros antepasados. El forzado ingreso del tridente súper TOP de
viernes, 23 de marzo de 2012
Embajadores del Buen Pie
Se lleva en la sangre. El ADN riverplatense los hace distintos. La siguiente sección buscará mostrarles, a todos los hinchas de
El Gran Capitán
Su historia, ya de por sí, es bastante particular. Oriundo de San Lorenzo, Santa Fé, Javier Mascherano fue un jugador emblemático en todas las categorías de inferiores que le tocó participar. “Masche”, tuvo su debut profesional en la selección antes que en el Millonario). Quizás una marca de lo que iba a ser su carrera.
Sparring de
Se fue por 15 millones de dólares al Corinthians (Brasil) con su amigo Carlos Tévez. Jugó muy poco, se lesionó y les mostró su carácter a los brasileños. Igualmente, sería parte de un histórico campeón del “Brasileirao”. Un año y medio después, Inglaterra sería su destino. West Ham United, se hizo acreedor de sus servicios, en una operación conjunta con Tévez, en alrededor de 50 millones de euros. Tuvo un semestre de bajo nivel, jugó cinco partidos y en diciembre pidió un cambio. Parecía que el “Jefecito” no volvía a ser.
Y, en ese momento, apareció el Liverpool. Se hizo amo y señor del equipo. Supo compartir el mediocampo con figuras clase A como Xavi Alonso o Steven Gerrard. Disputó 153 partidos y llegó a una final de Champions League, en la que fue elegido como figura. Su estilo de juego llamó la atención de los grandes europeos, pero el destino le tenía deparada una sorpresa. Joseph Guardiola, entrenador del mejor equipo de la historia según mi parecer, quería verlo vestido de azulgrana. Se sentía identificado con su juego. “Masche”, después de un flojo Mundial 2010, se presentó en un vestuario plagado de figuras, comandadas por un tal Lionel Messi. Amigo del rosarino (se conocieron en
Esta fue la historia de un futbolista que superó adversidades y logró hacerse “Jefe” en todos lados.
lunes, 19 de marzo de 2012
Paladar Negro

TITULARES
Daniel Vega (6): Partido sin inconvenientes para el misionero. Respondió bien en algunas jugadas muy aisladas. Mantuvo en cero su valla por cuarta vez en el torneo sobre seis partidos disputados.
Luciano Vella (4): Flojo partido del experimentado lateral. No lanza bien ningún centro y falla en los cierres defensivos por su zona (Maximiliano Estévez y Ramiro López).
Jonatan Maidana (5): Se lo nota falto de confianza. Le costó afirmarse y luchar con el moreno Blanco, pero de todas maneras fue el mejor de la defensa.
Ramiro Funes Mori (5): Ganó todo de cabeza como de costumbre, pero le costó demasiado rechazar con al diestra. Su desempeño por momentos fue bajo.
Juan Manuel Díaz (5): A veces su presencia resulta intrascendente. Se cuidó de la quinta amarilla y estuvo muy atento en el juego aéreo.
Lucas Ocampos (6,5): Centro perfecto con su pierna izquierda –menos hábil- para el testazo limpio de Trezeguet (practicaron este movimiento toda la semana), ayudó en la marca y regaló algunos lujos.
Leonardo Ponzio (8,5): El mejor de la aboga por escándalo. Se fajó contra los tres volantes centrales rivales y ganó casi siempre. La perla: le sobró aire para asistir a Cavenaghi en el tercer gol, ya en el adicional.
Carlos Sánchez (6,5): Gran partido del volante. Exige siempre por la banda y proporciona ritmo vertiginoso en el ataque.
Alejandro Domínguez (4): De lo más flojo desde su vuelta a River. Impreciso, displicente y lento. Le costó afirmarse como enganche, pero desde la posición de doble cinco en la segunda etapa, asistió al capitán para su primer gol. Nada más, partido olvidable el del jugador más técnico del plantel.
Fernando Cavenaghi (8): Dos goles, uno de emboquillada con un perfecto movimiento de ballet. 17 goles en 24 partidos son la razón de su idolatría. El capitán es el alma del equipo y se siente. Cuando no convierte, asiste y cuando no asiste, se sacrifica por el equipo.
David Trezeguet (7,5): Golazo para destrabar el partido, exige siempre, pivotea mejor y no falla un pase. El francés es furor en River: marcó seis veces en cinco presentaciones.
CAMBIOS
Martín Aguirre (6,5): Su ingreso fue picante. Marcó, gambeteó y probó al arco en poco más de 20 minutos en cancha.
Gabriel Funes Mori (-): Tuvo una y no convirtió. Nada más.
Ezequiel Cirigliano (-): El volante entró para darle más circulación al juego. Cuando se enchufa, se nota.
DT
Matías Almeyda (6): Después del empate como visitante ante Defensa y Justicia, Matías tomó nota y pensó en alinear desde el arranque a su tridente ofensivo. Mal no le fue: un gol de Trezeguet y dos de Cavenaghi, y victoria cómoda pro 3 a 0 al difícil Deportivo Merlo. El sacrificado fue Cirigliano, pero al ser joven no molesta. Ponzio se hizo cargo del mediocampo y no sufrió gracias a su gran timming. La mala: la defensa sigue dando ventajas y a Vella le cuesta muchísimo tanto en ataque como en defensa.
domingo, 18 de marzo de 2012
"Fútbol HD"

Sin dudas, el Siglo XXI estará considerado como la era de las tecnologías. Dentro de este período dos aristas resaltan sobre las demás: la expansiva Internet y la imaginativa Televisión. Hace tan sólo unos años, una persona que quería observar un encuentro de fútbol por la “pantalla chica”, debía conformarse con los bajos pixeles y calidad tecnológica de los televisores argentinos. Desde hace tres años (al menos), cambió la concepción de estas miradas con la llegada de
Un lujo la delantera millonaria. Si a estos dos “players” se le suma el exquisito Alejandro Domínguez, River puede lucir orgulloso en cancha, su tridente ofensivo de primer nivel. A veces parece chico el concepto, pero al equipo de Matías Almeyda generalmente le alcanza para torcer los rumbos de los partidos con su fuerte ofensiva. Deportivo Merlo, dirigido por Néstor Ferraresi (hombre fuerte del ascenso) no pudo escaparle a la realidad. Planteó un partido inteligente, trabado en el mediocampo. Le tapó las bandas al once de Almeyda y no dejó volar al “Chori”. Y hasta por momentos llegó a complicar a la defensa local (cómo esa llegada clara por detrás de Luciano Vella, que Ramiro López remató muy desviado). Pero todo cambió a diez minutos de finalizar el primer tiempo. Lucas Ocampos, que hizo muy bien la tarea en la semana (practicó centros desde la izquierda) le puso la pelota en la cabeza a Trezeguet y éste con un testazo rompió el ángulo. El travesaño le dio una vida más y el francés, con ojos bien abiertos, respondió rápidamente y abrió el marcador de manera muy eficiente. Y ahí, en ese instante, se desmoronó definitivamente el conjunto de la zona oeste de Buenos Aires. Esa fue la llave que desactivó el fuerte cerrojo rival.
La segunda etapa encontró a una “Banda” más decidida y comprometida con el ataque. Con las líneas más juntas y con menos errores defensivos. Un pase preciso de Domínguez, provocó la gran ovación de la tarde: “Cavegol” picó en punta y desde la medialuna del área lo vio adelantado al arquero y se la pinchó sobre su humanidad. Golazo, una definición made in Fernando. Ese fue el final partido. Después sobró el tiempo para un toqueteo intrascendente, para el lucimiento de Leonardo Ponzio (ya no es descabellado decir que los refuerzos de Passarella en esta temporada, tienen un excelente nivel) y para el gol número diecisiete del capitán. Un robo en mitad de cancha del rosarino y habilitación para Cavenaghi, que a lo Romario, punteó la pelota y decretó el
domingo, 11 de marzo de 2012
Paladar Negro
TITULARES
Daniel Vega (4): El ex Chicago no sufrió un puntaje más bajo porque soy de los que creen que las personas pueden fallar en su trabajo, pero sinceramente fue pobrísimo lo de Daniel. Se equivocó gravemente en el primer gol, salió siempre mal y nunca dio seguridad. A su favor, tuvo un atajadón en un tiro libre en la segunda etapa.
Luciano Abecasis (5): Irregular lo del rosarino que tuvo altibajos en el primer tiempo. En el primer gol cedió dio el espacio para que Matías Díaz saque el centro desde el lateral (manual del defensor, sin culpas), pero perdió en algunas jugadas. Fue el sacrificado para que ingrese Trezeguet.
Jonatan Maidana (4): Pobre partido del ex Los Andes. Nunca dio seguridad, perdió siempre con Piriz Alves y se confundió seguido con la pelota en los pies... Germán Pezella se merece una chance.
Ramiro Funes Mori (4): No dio seguridad nunca (raro en él), metió sin querer un gol en contra (le rebotó en el hombro) y ganó muy poco de cabeza, salvo esa que casi mete en el final.
Juan Manuel Díaz (4): Impreciso y desconcertado. Se lo notó nervioso y le costó mucho ser esa salida clara de siempre.
Lucas Ocampos (6): De lo mejor de River. Un golazo por anticipación y definición posterior. Fue el único que generó peligro sin ser impreciso.
Ezequiel Cirigliano (4): El peor partido del juvenil con la camiseta del "Millo". Se lo notó muy perdido, nunca fue ese primer pase claro de siempre y salió reemplazado a poco de iniciado el ST, por Martín Aguirre.
Leonardo Ponzio (6): No tuvo el nivel de encuentros anteriores, pero siempre buscó ser rueda de auxilio. Perdió mucho más de lo que ganó pero dejó el alma.
Carlos Sánchez (5): Mal en la ejecución de ese mano a mano perdido en el PT. Excelente en el centro de gol a Trezeguet. Tuvo errores pero siempre exige.
Alejandro Domínguez (5,5): La pidió siempre. Le costó desnivelar pero dibujó varios pases gol. Intermitente pero no se escondió. La mala: se pelea mucho y se cruza hasta con los alcanzapelotas.
Fernando Cavenaghi (4): Uno de los peores encuentros del Capitán en River. Nunca pudo ganar de arriba, le costó desnivelar y desperdició un mano a mano increíble. No fue su tarde-noche.
CAMBIOS
David Trezeguet (9): Delantero clase mundial. En 19 minutos marcó dos goles. Lleva 4 en 5 partidos oficiales. Y la mala prensa dijo que llegaba a River porque estaba roto… Impresionante lo del francés.
Martín Aguirre (6): Buscó hacer su juego de siempre: tocar rápido y salir en busca del arco contrario. Le costó escapar a la presión del mediocampo de Defensa y Justicia, pero se puede decir que tuvo una aceptable actuación.
DT
Matías Almeyda (5): Ricardo Rodríguez le dio un curso acelerado de precisión y juego asociado. En el segundo tiempo arriesgó al poner a Trezeguet por un defensor y la apuesta le salió a medias: el francés marcó dos golazos de goleador, pero Defensa también anotó dos veces y llevó mucho peligro por el sector de Abecasis. Muy importante la audacia y las ganas de conseguir la cima del torneo.
Defensa sin Justicia

Una de las típicas frases futboleras por excelencia es, sin dudas: “los equipos se arman de abajo hacia arriba”. Al pasarla en limpio, esta expresión se refiere a una de las máximas del fútbol inexpugnables. Mantener el cero en el arco propio y a partir de ahí trabajar los partidos para ganarlos. Esa es una escuela clásica (que muchos conjuntos del fútbol argentino la exprimen al máximo), pero a esta altura, todos, deberían saber que Matías Almeyda cursó un posgrado acelerado en otro instituto…
El “Pelado”, se cansó de aclarar a los medios periodísticos, que su idea futbolística se basa en atacar constantemente el arco contrario, porque esa es la filosofía madre de River Plate. Hacer cambios ofensivos y tratar de evitar quedar mal parado en las contras (maldito problema del primer semestre) y en los ataques aéreos. Buscar incansablemente los errores del rival, presionar y llegar con superioridad numérica al área de enfrente… Bueno, todo esto falló en conjunto ante Defensa y Justicia en el Estadio Único de
Las respuestas son claras, si uno se basa meramente en los datos estadísticos. Lo fáctico casi siempre les da la razón a los escépticos. El once de Almeyda nunca pudo vencer en este certamen a un conjunto que se encontrara de mitad de tabla para arriba. ¿Nervios, ansiedad o timidez? Lo cierto es que otra vez se dejó pasar una chance inmejorable (Instituto había caído goleado en Paraná ante Patronato y Quilmes había igualado como visitante con Deportivo Merlo) y el Millo no pudo contra sus propios fantasmas. Tuvo un arranque arrollador con un golazo de Lucas Ocampos (ya lleva seis) tras un error rival. Pero de a poco fue perdiendo la pelota en el mediocampo (flojísimo partido de Ezequiel Cirigliano) y Matías Díaz clavó un gol de esos que se ven en el “No Top Ten” de un noticiero deportivo conocido: flojísima respuesta de Daniel Vega ante un centro venenoso que se coló al segundo palo. A partir de ese momento, el Millo parecía ser dos equipos bien distintos, Doctor Jekill y Mister Hyde. Uno cuando atacaba; otro cuando defendía. El primer tiempo finalizó con más dudas que certezas. En la segunda etapa, Almeyda mandaba a David Trezeguet al campo de juego…
Y el francés fiel a su nivel demostrado partido a partido no desentonó: marcó dos golazos importantísimos en tan sólo 19 minutos. El primero para darle ventaja al Millo, apenas comenzado el segundo tiempo. El segundo como un electro shock salvador y decretar el empate final. Pero, ante el “Halcón de Varela”, fue un encuentro en el que se alinearon todos los planetas: floja actuación de los centrales, de la dupla de medios y de Fernando Cavenaghi. Ni hablar de Vega, que cada vez ataja peor. Demasiado resultado, para tan pobre presentación. Por eso, el empate terminó siendo una victoria por más que hiera el orgullo riverplatense. Se le descontó una unidad al puntero Instituto y se mantuvo el invicto ante el lote de equipos que pelean por un ascenso. Ante Merlo, la próxima fecha en el estadio de Vélez Sarsfield, se deberá dar una verdadera muestra de carácter.
jueves, 8 de marzo de 2012
Paladar Negro
Leandro Chichizola (6): Tuvo un arranque de partido algo inseguro (blooper con Pezella) pero se acomodó y tuvo una gran tapada al final del mismo.
Luciano Vella (5): Se cansó de ir y venir por el carril derecho, pero a veces marca mal y tiene errores en el traslado de la pelota.
Germán Pezella (6): Correcto partido del central. Seguro, siempre sobrio, tuvo un desliz: fue amonestado por un foul inocente y jugó gran parte del encuentro condicionado.
Leandro González Pirez (6): Se lo nota muy cómodo con su amigo bahiense, con el que comparte la zaga en defensa desde hace 6 años. Impecable en el juego aéreo.
Juan Manuel Díaz (6): Sobrio, sereno y sin sobresaltos. El uruguayo conoce el puesto y no desentona casi nunca.
Martín Aguirre (8): La figura del partido por fútbol y dinámica. Marcó un golazo y logró que todos jugaran. Bien por el “Gula” que volvió al nivel del semestre pasado.
Nicolás Domingo (6): Fue capitán, corrió, metió y hasta intentó jugar. Redondito lo del juvenil-veterano.
Cristian Ledesma (5): Algo lento, pero muy preciso en el pase corto. Le faltó profundidad y un poco más de constancia en le quite.
Daniel Villalba (8): Distinto lo del correntino. Usó la diez y no le pesó para nada. Habilidoso y encarador jugó un gran partido. Los volvió locos a todos los rivales.
Rogelio Funes Mori (7): Parece mucho más tranquilo el mellizo. Sereno, tiene olor a gran proyecto. Volvió a anotar un gol y fue muy desequilibrante.
David Trezeguet (6): Impecable en el circuito ofensivo, sólo le faltó marcar su gol. Se fue molesto por no haberlo hecho, ya que el gol lo obsesiona. Es un delantero tremendo, que muestra un repertorio completo en ofensiva.
SUPLENTES
Andrés Ríos (5): Se asoció, pero le costó acercarse al arco rival.
César González (5): Se movió por izquierda, pero tuvo poca participación en cancha.
Juan Cazares (-): Unos minutos y una ovación de los hinchas para el moreno, por el cuál se tienen grandes ilusiones.
DT
Matías Almeyda (6): El “Pelado” se la jugó con un equipo muletto ante un rival desconocido, y no desentonó. La fórmula 4-4-2 le encanta y lo hace sentir tranquilo. Le dio rodaje a Martín Aguirre y recuperó a Rogelio Funes Mori y Daniel Villalba. Falta mucho, pero Matías va por muy buen camino.
miércoles, 7 de marzo de 2012
"No alcanzan las montañas..."

“No alcanzan las tribunas, no alcanzan las entradas”, se regocijan ante la mala actualidad riverplatense, los hinchas millonarios que hacen culto a la pasión. Frase envidiada por muchos, que el pasado martes en Catamarca llegó a su máxima expresión: un estadio repleto que contó con el condimento extra, de que sin lugar dentro de la cancha, un centenar de hinchas decidió copar el cerro que se encuentra detrás de una de las cabeceras y así utilizar la platea más natural del mundo, para vivir un cómodo triunfo por
En el medio de tanto color y amor por la camiseta, existió un partido, muy disputado, entre habituales suplentes del “Millo” y un digno representante del Torneo Argentino A: Sportivo Belgrano de San Francisco Córdoba. Todo esto, en el marco de los 16ª de final de la flamante y federal Copa Argentina.
El team muletto de Matías Almeyda tuvo un arranque de partido voraz. Le presentó credenciales de inmediato al conjunto cordobés al contar con dos arremetidas de David Trezeguet, que de no ser por las grandes intervenciones de Barucco (arquero rival) el encuentro podría haber tenido un trámite mucho más sencillo a minutos de comenzar.
Con el correr de los minutos el equipo de Daniel Primo fue ganando en confianza en su juego y comenzó a disputarle el mediocampo, sin ningún temor, a Nicolás Domingo y Cristian Ledesma, que llegaban con poco rodaje en esta temporada. El primer tiempo llegó a su fin, y dejó al “Pelado” con más dudas que certezas a pesar de haber sido un partido de esos que parecen ganables en todo momento.
Ya en la segunda etapa se acentuaron las diferencias entre los planteles y, ahí, Martín Aguirre (habitual titular en el primer semestre) acrecentó su figura hasta marcar un golazo de volea desde la medialuna del área. A partir de ese momento, el encuentro se destrabó y tanto Daniel “Keko” Villalba como el “Gula” Aguirre marcaron distancias e hicieron pesar su juego hasta marcar el segundo tanto de River Plate. Este, fue una obra magistral “made in” Rogelio Funes Mori: gambeta con caño incluido en mitad de cancha. Diagonal furiosa hacia el arco y bombazo al primer palo del arquero. Antes y después de esa jugada clave, el francés malogró, al menos, unas cinco chances claras de gol. Igualmente, el ex Juventus, es el manual vivo de cómo tiene que jugar un delantero centro. Si Funes Mori aprovecha al maestro, en junio podremos hablar de otro tipo de atacante.
En tanto, Almeyda arriesgó mucho (por más que el rival sea menor, un equipo grande tiene demasiado que perder en caso de caer derrotado) y sacó grandes conclusiones: la seguridad de Germán Pezella y Leandro González Pirez, el nivel de Aguirre, la recuperación de Daniel Villalba como una opción creativa y la dupla delantera suplente que se complementa de la mejor manera. Ahora se viene Defensa y Justicia por
lunes, 5 de marzo de 2012
Paladar negro

Daniel Vega (6): Buena actuación la del arquero. Se mostró seguro en la mayoría de las jugadas, salvo en algunos centros venenosos.
Luciano Abecasis (6): Correcto partido del lateral. Sigue manteniendo el nivel mostrado fechas anteriores. Salida limpia por la derecha.
Germán Pezella (7): El mejor de la defensa juvenil. En su primer partido como titular en el certamen confirmó todo lo que se dice de él: buen juego aéreo, salida limpia y mucha presencia. Enorme futuro el del bahiense.
Ramiro Funes Mori (7): Gran performance del mellizo. Excelente en la zaga central e impecable cuando suplantó a Arano en el lateral izquierdo.
Carlos Arano (-): Venía alternando errores con aciertos, hasta que se rompió los ligamentos de una rodilla. Estaría entre dos o tres meses de baja. Lo operan este jueves. ¡Suerte Chiche!
Lucas Ocampos (6,5): Un tractor pura sangre que demuestra partido a partido porque los grandes equipos de Europa se mueren por él. Lujoso y potente, pero a veces falto de resolución.
Ezequiel Cirigliano (5,5): Mucho despliegue en el mediocampo, se fajó y ganó más de lo que perdió. El déficit: regaló algunas pelotas. Salió reemplazado por David Trezeguet.
Leonardo Ponzio (7,5): Otra vez la figura de la cancha. Un relojito que juega sobrio, distribuye, marca. Gran nivel del rosarino, que hace que “Ciri” crezca sin grandes responsabilidades.
Carlos Sánchez (4): El punto más bajo del equipo. Estuvo impreciso y le faltó su característica explosión.
Alejandro Domínguez (7,5): Lo chicanearon en la previa y no se escondió. Es el autor intelectual del circuito ofensivo del equipo. Tuvo en su poder 3 ¡uuuhhh! que hicieron atragantar a la hinchada. La mala: entra seguido en el juego dialéctico de los rivales.
Fernando Cavenaghi (5,5): Corrió mucho, se asoció en ofensiva y no se equivocó casi nunca con la pelota en los pies, pero desperdició una clara chance de gol.
CAMBIOS
David Trezeguet (5,5): Un animal del área. Cada pelota que merodea por donde esta él, la envía sin escalas al arco rival. Le soplaron el gol del triunfo por muy poquito. Si River se decide a jugar para él cuando está en cancha, va a encontrar grandes soluciones ofensivas.
Gonzalez Pirez (6): Ingresó por le lesionado Arano y completó una inédita defensa Sub-21. No se achicó ni amedrentó en ningún momento y controló a los delanteros rivales. A veces abusó del pelotazo.
DT
Matías Almeyda (7): Tomó muchas decisiones acertadas esta vez. Bien eligiendo a Pezella (a pesar de no tener rodaje) para reemplazar a Maidana. Mejor al poner a González Pirez por Arano, en vez del experimentado Luciano Vella. Arriesgó al sacar a Cirigliano y casi consigue el triunfo. Su equipe busca llegar al gol por varios caminos. Mal expulsado (fue a defender a su jugador ante las agresiones rivales) y cada vez se lo nota más maduro en la lectura de los partidos.